jueves, 23 de octubre de 2008

Me suicidé hace tres meses

Y volví a nacer hace cinco días.
Casi como el ave Fénix, casi como siempre.
Tengo ganas de correr. 
Correr, de verdad, no de huir.
Correr para descargar, correr para demostrarme que sigo, más rápida y más fuerte.
Correr, y luego respirar e inspirar en sesiones de cinco, contando hasta diez. 
Ahora estoy en esta jaula, inválida. Aunque con los cinco sentidos activados; más que nunca desde que te fuiste.
He perdido mi casa. Déjame que me lo repita, aún no me lo creo. He perdido mi casa. 
No sé si culparte a ti, a Zapatero, a mi madre, o dejarlo estar.
Busco mi casa.
Me he pintado las uñas del dedo gordo de la mano. El resto me dio pereza. Recordé entonces que eso ya lo hacíamos a los diecisiete años.
¿He renacido renovada o contaminada?
¿Contaminada por toda la mierda que llevo arrastrada? No lo creo.
Contaminada por toda la mierda que no he sabido llevar. Eso en todo caso.
Quizá me he hecho daño en el tobillo porque necesitaba pisar fuerte ese fin de semana, porque necesitaba recordarme que estaba viva SIN TI.
Quizá esperaba no estarlo, quizá esperaba poder no estarlo, para demostrarle al mundo, pero sobre todo a tí, lo equivocado que estás conmigo.
Aunque a veces parezca que no tanto.
Nunca lo sabrás.
Ni soy ni quiero ser la misma que era en julio 2008.
Como no quiero ser la que era en enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, agosto, septiembre,...
Estoy deseando conocerme en noviembre.
Esta noche es la noche que escribes.
Todavía no sé si quiero...
A lo mejor tengo que conocerme de nuevo mañana.
Esta noche me estoy muriendo...
Esta noche estoy renaciendo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por mejorar mi mañana, Cande.